Glaucoma: ¿Qué es, cuáles son sus síntomas y tratamiento?

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El tipo de glaucoma de ángulo abierto es el que más afecta a la población; se caracteriza por un aumento de la presión intraocular.

El 3.5 por ciento de la población de entre 40 y 80 años sufre glaucoma. Y esto es mucho. Para hacernos una idea, 111 millones de personas padecerán en 2040 esta grave enfermedad neurodegenerativa que afecta al nervio óptico, la primera causa de ceguera irreversible en el mundo.

Uno de los problemas principales del glaucoma es que la pérdida de visión comienza por la periferia del campo visual y no se nota; de ahí su sobrenombre de “enfermedad silenciosa”. Cuando detectamos dicha pérdida, aproximadamente la mitad de las neuronas ya han muerto y no las podemos recuperar, como sucede en el alzhéimer.

El tipo de glaucoma de ángulo abierto es el que más afecta a la población europea. Se caracteriza por un aumento de la presión intraocular, generada cuando hay más líquido del debido en el interior del ojo. Dicho líquido, encargado de alimentar las células del interior del órgano visual, debe producirse y eliminarse a un ritmo que mantenga la presión normal.

¿Cuáles son los síntomas del glaucoma?

Estos son los síntomas que podrían presentar las personas con glaucoma:

  • La visión se pierde lentamente, comenzando por la lateral o periférica.
  • Dolor intenso en los ojos.
  • Malestar estomacal, como nauseas.
  • Ojos rojos.
  • Visión borrosa.
  • Miopía que empeora.
  • Dolor de cabeza.

¿Cuál es el tratamiento del glaocuoma?

Los tratamientos van dirigidos a detener el progreso de la enfermedad disminuyendo la presión intraocular. Sin embargo, a día de hoy no se puede revertir y recuperar la visión ya perdida. El orden de las terapias para impedir la progresión es:

  • Medicamentos en forma de gotas, generalmente dirigidos a disminuir la producción del humor acuoso o mejorar el drenaje de dicho fluido.
  • Terapias con láser sobre el canal por donde drena el fluido. El objetivo es aumentar dicho drenaje y reducir la presión intraocular cuando las gotas no tienen efecto.
  • Cirugía para incrementar la apertura de una zona de drenaje o la filtración del humor acuoso (trabeculectomía) o implantar un dispositivo de drenaje. Se recurre a ella cuando las dos fases anteriores ya no logran disminuir la presión intraocular.