El principal factor de riesgo del cáncer cervical, es la infección persistente de uno o varios genotipos del Virus de Papiloma Humano.

Los tumores malignos cervicales son la segunda causa de muerte entre las mexicanas que padecen cualquier tipo de cáncer.

Después del cáncer de mama, los tumores malignos cervicales son la segunda causa de muerte entre las mexicanas que padecen cualquier tipo de cáncer.

En lo que va del 2023, su incidencia ha alcanzado a poco más de 14 mujeres por cada 100 mil, de acuerdo a los datos de la Agencia Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC), que se dieron a conocer en el Foro Académico “Todas las personas contra el cáncer cervical”, el cual, se realizó en el palacio de la Escuela de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ubicada en el Centro Histórico de la capital del país.

El principal factor de riesgo del cáncer cervical, es la infección persistente de uno o varios genotipos del Virus de Papiloma Humano (VPH), situación a lo que se suman otros aspectos como el tabaquismo, múltiples partos, uso de anticonceptivos hormonales y el inicio temprano de la vida sexual.

Por lo anterior, un diagnóstico a tiempo, es clave para detectar lesiones precancerosas, ya sea a través de las pruebas moleculares o de genotipificación extendida, o por medio de un estudio de citología exfoliativa del cuello uterino o cérvix que se conoce como papanicolaou. 

En México, la tasa de tamizaje y diagnóstico es de aproximadamente 28.9%, por lo que existe una oportunidad extensa para identificar a pacientes que tienen lesiones precancerosas antes de que desarrollen cáncer. Con ello se puede prevenir una alta mortalidad.

Cuando se detecta a tiempo, las lesiones precancerosas tienen una alta tasa de sobrevida comparado con pacientes que no se realizan pruebas y llegan cuando es muy tarde”, explicó Jorge García Alemán, especialista en Anatomía Patológica y Líder de Asuntos Científicos en Becton Dickinson.