De nada sirven
las inmensas fortunas,
cuando un invisible enemigo
nos derrota.
De poco sirve
sentirse poderoso,
si este virus
nos provoca bancarrota.
La vanidad de los que viven
en palacios,
no los protege de esta cruel
pandemia,
ahora tienen que enfrentar
el mal,
encerrados en una cuarentena.
En nada valen
que lleven prendas finas,
con las que se visten
como clase alta,
están expuestos
como todo el mundo
al contagio que hoy
nos ataca.
De nada valen
los carrazos nuevos
que exhiben muchos
por los bulevares,
de todos modos
el coronavirus llega
originando trastornos
y pesares.
De nada sirven
collares de brillantes
que deslumbran
en las noches de gala,
de poco sirven
las cadenas de oro
cuando nuestra salud
esta mermada.
La vanidad que a veces
nos invade,
desaparece
en tiempos de emergencia,
el orgullo que nos transforma
en ocasiones,
huye en tiempos
de miedo y penitencia.
DE NADA VALEN
TODAS LAS FALSEDADES
SI ESTE CRUEL ENEMIGO
NOS DERROTA.
¿PARA QUE SIRVEN
PODER Y RIQUEZA
SI EL ENEMIGO
NOS ASUSTA Y NOS ENCIERRA?
¿DE QUE NOS SIRVEN
LAS FUERZAS DEL PROGRESO
SI ESTE CORONAVIRUS
PUEDE GANAR LA GUERRA?.

IGNACIO GOMEZ CASTAÑEDA.